lunes, 24 de enero de 2011




VOCES: Julio Cortázar





Cortázar, Julio: El discurso del oso, en Historias de cronopios y de famas (1962)




Las cosas, los objetos me refiero, no lloran, tienen entre ellos ese pacto. Desde el principio, desde siempre. Impasibilidad. Nada de lágrimas. Poca gente que se sepa está al corriente de ello, probablemente porque poca gente pueda imaginarse que entre los objetos sea posible tanta unanimidad. El caso es que ellos, los objetos, al menos en ese aspecto son unánimes. Y leales. Si lo hiciesen, si arrancasen alguna vez a llorar no solo romperían su pacto, también estarían dándoles el gusto a los otros, a nosotros los sujetos, de ver cómo la ecuación del mundo se equilibra y a ambos lados de la igualdad solo y nada más hay llanto.