Melchor, Gaspar, Baltasar y...
No me queda más remedio que defender la causa perdida del cuarto Rey mago que, un adelantado a su tiempo, ya por entonces empezó a decir NO a los NOES. Por el camino se paraba a dar SÍES a todo y todos cuantos se le cruzaban, mientras sus tres colegas continuaban camino tras la estrella sin detenerse. Él, claro, perdió la estrella de vista, se salió de la ruta y no llegó nunca a adorar al niño. Nadie ha vuelto a hablar de él, nadie le conoce, nadie le espera, por lo que, aprovechando su anonimato, el cuarto Rey mago ha terminado haciéndose constructor y vendiendo parcelas de mundo en excelentes calidades, y en primera línea de la irrealidad.
Me encanta Claudia. Sorprendente hasta la última frase con acrobacia incluida. 'En primera línea de irrealidad'. Está genial. Un besote y regálanos más cuentos. Hombre, sería mejor venderlos a una editorial, pero de momento... Besosbesos: Isa
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Isa. Lo de venderlos solo sale rentable si es a 7.000 euros la pieza, así que de momento seguiremos horneando aunque solo sea por amor a la lumbre y a la buena cocina. Besos de año nuevo.
ResponderEliminarHorneemos compinche. Aunque nos quememos las manos. Por el aroma, por el sabor. Aunque nos los tengamos que comer todos hasta empacharnos. Luego, una copita de anis El mono y listas. Besos también para ti.
ResponderEliminarEso, todo sea por la curiosa curva de la felicidad que nos darán esos atracones.
ResponderEliminarBesos.